Un besito grande

Tras tiempo sin saber de ella recibo una llamada de P. Quiere saber cómo estoy, lo cual es de agradecer y contarme sus últimas novedades. Incluyen supongo que se ha ido a vivir con su novio el escritor al sur, y cosas de su nuevo trabajo. Con lo del cambio de residencia se hace difícil quedar porque ya se hace bastantes kilómetros de coche a diario y le da pereza. Al final nos citamos en el Hotel del Dragón Rapide para el domingo por la tarde. Mientras, mi cabeza anda pensando que ella me preguntará por mi no-novia, que ahora lo es mucho menos porque se ha echado un sí-novio, y en qué dirá ella y el resto de la gente. Pero ella me despierta de mis reflexiones despidiendo la llamada del siguiente modo:

– Un besito grande.

Lo reconozco: me pierde el lenguaje. Cuelgo el teléfono y me quedo un buen rato rumiando esa despedida. ¿Cómo puede ser a la vez un besito (diminutivo) y grande? Y como quiera que no es la primera vez que oigo o leo algo así me quedo dándole vueltas al asunto.

Para intentar evadir mi mente del tema, enciendo la tele y me pongo a zapear, al fin y al cabo, el último reducto de masculinidad de los que no nos gusta ni el futbol ni los coches. Aparece una melíflua película italiana en donde chico y chica se encuentran haciendo footing por un parque. Entonces ella se tiene que ir y el se despide diciéndole

– Hasta pronto. Un beso

¿Cómo que «un beso»? ¿Estás escribiendo un email o estás a su lado en el parque? Coño, dáselo. ¿O le dices a un cliente del trabajo cuando te despides: «un apretón de manos»? ¡No! ¡Le das la mano!

Y es que parece que otro efecto de lo digital y toda la pesca es que cada vez narramos más la realidad sin vivirla. Somos como los japoneses de los ochenta que veían nuestros paisajes y nuestros cuadros a través de la pantalla de la cámara de video. Que sí, que sí, que me pierde el lenguaje.

2 pensamientos en “Un besito grande

  1. Cierto! Siempre tan certero en tus reflexiones… Esas cosas que a la mayoría de la gente les pasan desapercibidas porque les importan un bledo. Pues son las que a mí me gustan…

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