La felicidad al principio del verano

Según leo en varios libros de la sección Autoayuda de la biblioteca, la felicidad suele estar en las pequeñas cosas. En efecto: cuanto más pequeño es el cerebro más probabilidades hay de ser feliz.

copas2Por poner varios ejemplos de gente feliz: los niños (no espere grandes proezas intelectuales de ellos), los porreros (no digamos). Pero no seré yo quien no recomiende realizar un esfuerzo en pro de la felicidad, lo único que digo es que no nos sorprendamos si viene acompañado de un importante deterioro neuronal.

Yo mismo creo que estoy acusando ese proceso. He estado los últimos años mucho más cerca de la felicidad o, al menos, de eso que llaman tranquilidad o estabilidad emocional, que el resto de mi vida, y aquí las consecuencias: creo que cada vez me cuesta más usar el cerebro. Sí, sí, hay gente mala que dirá que es por mi edad. En fin… es verdad lo de la edad y esa sensación (o realidad según Redes) de que el tiempo va mucho más deprisa.

Mientras intento distraerme y voy a tomar un gin-tonic con la Chica Segura, su novio y la Condesa y pasamos un rato bastante agradable. Debe ser esto la meta cuando llegas a esta edad: pasar un rato agradable. Entonces la Chica Segura le cuenta una anécdota mía a la Condesa, que consiste en que una jovencita estupenda y sensual quiso llevarme a la cama y yo me negué. Sí, parece increíble pero es cierto. Y es que mi búsqueda de la felicidad, o al menos de algo parecido, pasa por empezar a no aguantar tonterías de nadie, ni siquiera para conseguir otra cosa que, en efecto, hace mucho que no tengo.

Un pensamiento en “La felicidad al principio del verano

  1. Pues yo creo que la felicidad en realidad no existe, por eso los que no piensan creen tenerla. Los años a veces nos dan la capacidad de no pensar intencionadamente, no te parece??

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